Evangelio de Tomás (Uno de los papiros hallados en el Alto Egipcio) |
Se supo más tarde que estos textos
pertenecían a la traducción copta hecha 1500 años atrás (300-400 d. C) cuyos
originales debieron estar escritos en griego y los dataron aproximadamente
entre el 120-150 d. C, posteriores al Nuevo Testamento (60 – 110 d.C). Sin
embargo, algunos rechazaron la idea —basada en que, si los textos gnósticos
habían sido considerados heréticos debían ser posteriores al NT— para afirmar
que pertenecían a tradiciones incluso más antiguas (50 – 100 d.C).
Sabemos que el cristianismo fue una
religión perseguida en el Imperio Romano hasta que, en el siglo IV, el emperador
Constantino llevó a cabo su conversión y el cristianismo pasó de ser perseguido
a ser la religión aceptada y oficial, de manera que los altos cargos (obispos,
sacerdotes, diáconos) comenzaron a ostentar el poder y ellos dijeron poseer la “verdadera
fe”, con la diferencia de que ahora estaban respaldados por el estado. Así
pues, aquellos puntos de vista que no congeniaban con la fe que ellos predicaban,
no solo se consideraban herejes, sino que además esta herejía devino delito.
Se dice que esa es la razón por la que un
monje del Alto Egipto decidiera esconder los manuscritos encontrados en Nag
Hammadi, pues los libros eran destruidos.
Existen diversas teorías entorno al
cristianismo “gnóstico” que relatan los manuscritos encontrados. Como comienzo,
destacar el significado de la palabra “gnosis”, que en griego define el “conocimiento”,
entendido como una “intuición”. El conocimiento de uno mismo era el punto de
partida, y con eso se llegaba al conocimiento de Dios, identificado con el
autoconocimiento. El cristianismo ortodoxo, en contraposición, presenta la
figura de Dios como alejada del yo. De la misma forma, el gnosticismo nos
muestra a Jesús como un igual a los demás hombres de la Tierra, mientras que el
cristianismo hegemónico lo hace como el señor e hijo de Dios, alaba su espíritu
divino y lo diferencia del resto de seres humanos.
Entre estas y otras convergencias circula
el debate acerca del por qué de la prohibición de esta corriente acerca de la
cual versan muchos estudios y sobre el cuál no se ha llegado a una unanimidad.
Se habla de influencias orientales como el budismo, de herencias en el judaísmo
e incluso en la filosofía griega. Se discute incluso si el gnosticismo se
trataría de un movimiento precristiano, independiente del mismo, con una
influencia en su mayoría pagana.
Lo que sí debemos tener en cuenta es que
la tradición cristiana que conocemos es una “pequeña selección de fuentes
específicas” elegidas según unos intereses por parte de las instituciones, ya
no solo intereses religiosos, sino políticos y sociales.
En este enlace se puede acceder a la lista
de manuscritos que componen la Biblioteca de Nag Hammadi: http://escritosdelcristianismoprimitivo.com/Codices-de-Nag-Hammadi/.
Bibliografía: PAGELS, E. (2015) Los evangelios gnósticos. Editorial
Planeta. Barcelona.
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