La sabiduría helénica en el pensamiento
islámico fue acogida como un saber completo que en esos momentos necesitaban
para las dificultades que encontraban en sus propias explicaciones. Ese saber
antiguo ofrecía una explicación del cosmos y tenía aplicaciones prácticas de la
cual los islámicos podían disponer. Así pues, de la philosophia nació la Fálsafa,
considerada una corriente del pensamiento islámico vista como una
continuación de la filosofía griega.
Las zonas donde tuvo más desarrollo fueron
Irán e Iraq en Oriente y Al-Andalus en Occidente.
El núcleo del pensamiento islámico estaba
compuesto por la tradición y las ideas coránicas, por lo que la filosofía
pretenderá desligarse e intentar dar explicaciones sin recurrir a esos
elementos, aunque, al no poder separarse de su cultura, tampoco lo va a poder
hacer de la religión a pesar de que intentará entender el Corán de forma
distinta hasta entonces. Se va a introducir la razón humana y se va a convertir
en punto de partida, sobreponiéndose en ocasiones a la verdad revelada. Van a
elaborarse doctrinas que discutirán la relación entre filosofía y revelación y
se buscará la justificación racional de la profecía.
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Platón y Aristóteles representados en la Escuela de Atenas de Rafael |
Partiendo de la lógica aristotélica se afirmará la existencia de la razón y se
entenderá como la vía para acceder a la verdad. Aparece la palabra en árabe: al-mantiq (palabra articulada/razón) y
se verá la lógica como el lugar donde está la razón, es decir, la palabra
racional, contrapuesta a la palabra revelada de la religión. De esta
forma, el hombre, del que deriva la razón, se contra pone la idea de Dios, que
revela la verdad divina.
Estos dos caminos hacia la verdad se verán
en distintas posiciones a lo largo del desarrollo del pensamiento. En ocasiones
pretenderán reconciliarse, otras van a rechazarse por completo la religión
mientras que en otras la religión va a querer ocultar la filosofía.
Para el estudio de la filosofía griega en
el mundo árabe se llevaron a cabo traducciones de los textos sobre todo en
Siria, por los grupos arameos, y las de origen iranio en la zona oriental. Se
fundó la Escuela de los Persas en Edessa, pero fue clausurada el 489 por el
emperador Zenón, por lo que tuvieron que refugiarse en Nasibin. Un emperador
Sasánida fundó una escuela y cuando el emperador Justiniano clausura la
Academia de Atenas, el director busca refugio en Irán.
Algunos traductores notables de textos
griegos fueron: Sergio de Ras’Ayna, Severo Sebojt, Job de Edessa, Ahu Demmeh. La
mayoría de las traducciones se hacían de las obras lógicas de Aristóteles.
En el s. IX el califa ‘abbasí al-Ma’mun funda en Bagdad la
escuela de Bayt al-Hikma (casa del saber), quien fue sucedido más tarde por un
discípulo, y este a su vez por hijo y sobrino. Aquí se puede comenzar a hablar
de una escuela de traductores que traducían al árabe la traducción siriaca, en
lugar de acudir a los textos griegos directamente.
Los autores más traducidos fueron: Aristóteles,
Platón, Euclides, Plotino, Alejandro de Afrodisio, etc.
Cabe hablar, pero, del papel que tuvo el
neoplatonismo en la recepción del legado griego, pues los textos antiguos
llevan con ellos la formalización escolar neoplatónica, un pensamiento vigente
en el mundo helenístico romano desde el s. I al IV de nuestra era.
Con esta corriente surge el profesor de
filosofía y el manual de filosofía, a raíz de las enseñanzas de la Academia, y son
estos manuales de los que parten los nuevos sabios, ya sean judíos, cristianos
o musulmanes, cuya base se encuentra en la teología de los libros revelados. Se
utilizan pues para la formalización de la teología, necesaria para su
desarrollo.
Los sabios religiosos van a comprender el
ser, el Uno divino como el Dios dentro del monoteísmo y van a explicar la unicidad
de Dios a partir del principio fundamental de la revelación profética: la
creación. Esta unicidad divina no se alterada por la existencia de las cosas y los
sujetos. La materia no es totalmente independiente de Dios, pero Dios no toca
la materia. Se establece una clara división, aunque no se desliga del todo,
entre el Creador y lo creado.
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Al -Kindi en un sello sirio |
Dentro de esta creación, se distinguen los
seres inteligentes, que son imagen de él, y los no inteligentes, los que no son
su imagen. Los que poseen inteligencia, los hombres, están dotados de una luz
divina que va a comprenderse como logos
para entender y predicar la voz de Dios.
De esta forma de pensamiento en que se
pretende una reflexión intelectual sobre la revelación, va a separarse lo que
hemos denominado como Fálsafa, una filosofía mucho más arraigada a las formalizaciones
griegas y cuya culminación va a estar presentada por Ibn Rusd. El precursor de esta
va a ser Al-Kindi, quien lleva a cabo la primera formulación del pensamiento de
la fálsafa en el s. IX. Es denominado como Fayla-suf
al-‘arab (el filósofo árabe). Conoce en profundidad la historia de la
filosofía y dedica un tratado a los libros de Aristóteles y tres a Sócrates. Su
pensamiento ha venido influenciado, aunque en gran parte por Aristóteles, sobre
todo en la lógica, física o biología, en el campo de la metafísica bebe de
raíces neoplatónicas.
BIBLIOGRAFÍA
RAMON GUERRERO, R. (1996). Historia de la Filosofía Medieval. Madrid, Akal.
CRUZ HERNÁNDEZ, M (2011). Historia del pensamiento en el mundo islámico. Madrid, Alianza Editorial.