En la Edad Medieval, la filosofía pasó de estar
fundamentada por una base pagana en el mundo clásico a tener un gran carácter
religioso. La filosofía medieval se centraría, sobre todo, en Dios, por lo que
se crearía una cierta compatibilidad entre filosofía y religión. Mientras unos
habían rechazado la filosofía por sus rasgos paganos, algunos pensadores
encontraron en ella una buena herramienta para ligar con la revelación.
Dos de los pensadores más relevantes de la Edad Media
fueron San Agustín y Santo Tomás de Aquino, y en el modelo iconográfico
aparecen representados con atributos propios de las representaciones de los
filósofos griegos.
San Agustin - Simone Martini (1320) |
San Agustín es habitualmente representado como un Santo
o un eclesiástico, dos figuras íntimamente ligados. Vuelve a aparecer el libro
como principal atributo, lo podemos ver también en la “Consolación de la
filosofía” de Boecio o en la “Escuela de Atenas”, en la que tanto Platón como
Aristóteles, situados en el centro de la pintura, portan cada uno un libro.
Otro elemento sacado de la tradición clásica es la barba, que va a simbolizar
la acumulación de sabiduría. A los filósofos se les suele representar en una edad
avanzada, prácticamente la vejez, pues esta se entiende como un símbolo de
autoridad.
En esta obra, de Simone Martini, aparecen también
atributos episcopales: el anillo, como símbolo de autoridad jurídica; el cetro
(autoridad pastoral); copia pluvial (dignidad sacerdotal); mitra (símbolo de
autoridad) y guantes blancos (pureza).
En el caso de Santo Tomás, en esta obra se puede
apreciar un eje de simetría, propio de la iconografía medieval, y al haber varias
figuras se ve como se ha establecido una jerarquía a partir de la cual los
personajes de mayor relevancia se encuentran en un mayor tamaño y en una
posición más central.
Santo Tomás lleva el hábito dominico, en el que el
blanco simboliza pureza mientras que el negro pertenece a la penitencia. De
nuevo, y al igual que en San Agustín, aparece el libro, pero sin embargo no
aparece la barba, como en las representaciones más propias del Humanismo del
siglo XV.
Apoteosis de Santo Tomás de Aquino (Francesco Triani, 1323) |
La zona superior pertenece al ámbito celestial con San
Pedro y San Pablo (entre otros) que convergen hacia el centro, donde se
encuentra Jesucristo representado como un filósofo de la antigüedad, portando
también un libro. San Pablo se le considera el primer teólogo y San Pedro fue
el primer papa.
En esta obra Tomás es el destinatario directo de los Evangelios.
A ambos lados de santo Tomás se encuentran dos hombres
sosteniendo un libro respectivamente, estos dos serían Platón y Aristóteles, y
bajo estos, el ámbito terrenal, donde en la izquierda aparece la iglesia
militante y los humanos, y en la derecha los altos cargos.
En el centro yace tumbado Averroes, un filósofo musulmán.
Se interpreta como el triunfo del pensamiento de santo Tomás, cristiano, sobre
la filosofía árabe de Averroes.